domingo, 31 de octubre de 2010

Uno más uno = mucho más que dos

Ayer en Visión 7 Internacional, que nosotros vemos por la televisión pública, el actual embajador de Venezuela, Arévalo Méndez Romero contó que en la noche de la asunción de Néstor Kirchner como presidente (con el 22% de los votos en 2º vuelta después de la renuncia vergonzoza de Menem, el mismo momento en el que los agoreros de siempre vaticinaron que su gobierno no duraría un año), participó junto a Hugo Chávez de una reunión con Fidel Castro en Buenos Aires, y que en la misma, Chávez indagó a Fidel acerca de su impresión sobre Kirchner, quien era hasta ese momento un ilustre desconocido para ellos.
Chávez dijo entonces: Me parece, Fidel, que por sus respuestas y su mirada, estamos ante un nuevo defensor de las causas latinoamericanas, ante un nuevo aliado.
Ante uno no, creo que ante dos, escuchen lo que dice su esposa, préstenle atención a esa mujer, le respondió Fidel.

Un mal sueño

Siento en mi corazón la espesura de una noche brumosa, hay sombras que lo habitan, son graves como los hombres bajo la lluvia. Sus oscuras siluetas se despegan de la lobreguez de la insondable atmósfera.
Trato de esconderme, sé quienes son esos hombres de traje, están aquí por mí.
Me paralizo, el miedo domina mis sentidos. El denso relente no impide que los vea. El suceso parece extraído de un policial negro, de un cuento de Capote o de Williams, sin embargo es real, la fascinación puede tocarse.
Es tarde, ese instante eterno, si vale el oxímoron, de cavilación me impide ver al cuarto hombre, que como un rayo se abalanza sobre mí y da la estocada final.

sábado, 30 de octubre de 2010

De la muerte como tema

Releyendo el poema Límites, que en 1960 Jorge Luis Borges publica en La Nación y que transcribo a continuación, pensaba que el vacío de la muerte angustia, da una sensación de asfixia, y sin embargo vislumbro que no hay nada de que temer. Hay que estar alertas y cerrar filas, y militar, y comprometerse y tratar de cambiar de una vez por todas el nefasto destino diseñado para el país por los mismos carroñeros de siempre, que sin aguardar a que el cadáver de ese que pateó el tablero inmóvil desde hace un rato largo empezara a perder calor, coparon la escena con editoriales agoreras y apocalípticas.
No, no hay nada que temer, son los mismos de siempre.


Límites

De estas calles que ahondan el poniente,

una habrá (no sé cuál) que he recorrido

ya por última vez, indiferente

y sin adivinarlo, sometido


a quien prefija omnipotentes normas

y una secreta y rígida medida

a las sombras, los sueños y las formas

que destejen y tejen esta vida.


Si para todo hay término y hay tasa

y última vez y nunca más y olvido

¿Quién nos dirá de quién, en esta casa,

sin saberlo, nos hemos despedido?


Tras el cristal ya gris la noche cesa

y del alto de libros que una trunca

sombra dilata por la vaga mesa,

alguno habrá que no leeremos nunca.

Hay en el Sur más de un portón gastado

con sus jarrones de mampostería

y tunas, que a mi paso está vedado

como si fuera una litografía.


Para siempre cerraste alguna puerta

y hay un espejo que te aguarda en vano;

la encrucijada te parece abierta

y la vigila, cuadrifonte, Jano.


Hay, entre todas tus memorias,

una que se ha perdido irreparablemente;

no te verán bajar a aquella fuente

ni el blanco sol ni la amarilla luna.


No volverá tu voz a lo que el persa

dijo en su lengua de aves y de rosas,

cuando al ocaso, ante la luz dispersa,

quieras decir inolvidables cosas.


¿Y el incesante Ródano y el lago,

todo ese ayer sobre el cual hoy me inclino?

Tan perdido estará como Cartago

que con fuego y con sal borró el latino.
Creo en el alba oír un atareado

rumor de multitudes que se alejan;

son los que me ha querido y olvidado;

espacio, tiempo y Borges ya me dejan.


Jorge Luis Borges

Aseveraciones lógico-políticas

Por José Pablo Feinmann

1. Néstor Kirchner no era Perón. 1.1. Perón dejó como sucesores a una Presidenta inepta y a un criminal paranoico. 1.2. Néstor Kirchner compartió su vida y deslizó la presidencia en manos de un valioso cuadro político, de una mujer fogueada y hecha en la gran política. De una mujer de excepcional inteligencia. Se me perdonará esto: pero estudié la carrera de Filosofía y ahí recibí mi título. Dediqué mi vida a la filosofía y a la literatura. Sé cuándo alguien sabe pensar. Ningún presidente de la historia argentina pensó con el rigor y la inteligencia de Cristina Fernández.

2. Perón, al regresar, dedicó sus mayores afanes a perseguir y aniquilar a los jóvenes del peronismo, armados o no. Evidentemente el padre Mugica, asesinado por Rodolfo Almirón de la Triple A, organización construida a la vista (aprobatoria) de Perón, no era un hombre armado ni clandestino. (Menos aún lo mataron los Montoneros, como dicen algunos pérfidos que buscan aliviar las culpas de la Triple A. ¡Valiente tarea, qué cercanos se sentirán a ella!) Tampoco lo era Enrique Grynberg, que manejaba un Ateneo en Saavedra. A Kirchner la muerte lo sorprende en pleno diálogo con la juventud. En plena construcción de una de las cosas que hoy más necesita el justicialismo: la construcción de la militancia territorial. 2.1. Cuando murió Perón, el establishment se asustó, y mucho. Porque el tercer Perón era un guerrero del establishment que, para beneficio y alegría de ese sector con el que tan bien negoció, le estaba haciendo la tarea sucia. 2.2. Con Néstor Kirchner, buena parte del establishment y las clases altas y las clases medias altas festejan jubilosos. Hubo censistas que ya hoy llegaron a casas que estaban con las puertas abiertas y festejando. En muchos hogares, hoy, ya hoy, con el cadáver del ex presidente aún tibio, se festejó con champagne. 2.3. Seguramente también en muchas editoriales. Se podrían dar nombres, pero no es el momento y –además– todos los conocen.

3. El vicepresidente de Perón era su esposa, sumisa, a él y al monje umbandista Daniel, asesinos ambos. La sucesora y compañera de vida de Kirchner es Cristina Fernández. Su vicepresidente es un traidor y ayer le añadió a la traición la mentira, que son hermanas de sangre, que van juntas porque traicionar es mentir y gravemente. Tuvo ayer el exasperado caradurismo de decir que había muerto un gran presidente. ¿Por qué le clavaste un cuchillo en la espalda al proyecto de un gran presidente, Cobos? ¿También esa crueldad, esa torpeza, esa traición al país le hiciste? 3.1. Cristina Fernández es de esos seres humanos que se agrandan ante la adversidad. La verán llorar. ¿Cómo no va a llorar al compañero de una vida? Y como una mujer. O como cualquiera. Cualquier ser sensible lloraría en una circunstancia semejante. Yo, ni lo duden. Lágrimas lacerantes. Pero Cristina es notoriamente fuerte. La desdicha le dará poder. La desdicha la hará todavía más dura en la lucha. No festejen tanto, señores. Acaso ni sospechen lo que tendrán que enfrentar de aquí en más. Por otra parte, si Cristina (se decía insistentemente) carecía de carisma, conseguía adhesiones por su inteligencia pero no por su ternura o por su feminidad o lo que sea. (No creo en esto, pero aceptémoslo.) Ahora, el pueblo verá en ella a la mujer que se quedó sin su hombre. A la mujer sola. A la que sola se las tiene que arreglar. A la que hay que seguir, querer y respaldar para que el país conserve su rumbo. “No se nos puede quebrar”, dirán muchos. “Pobre, qué mala suerte. Perder a un marido tan joven. Tan necesario para ella. Un marido al que tanto quería.” Lloverán las flores y las adhesiones emocionales. Pero hay que transformarlas en militancia. 3.2. Hoy, más que nunca, la militancia juvenil tiene un papel esencial. Al que aparezca con alguna teoría que recuerde a la lucha armada y al foco insurreccional de los ’70 échenlo a patadas. Esas posiciones llevaron a la muerte a una generación entera de militantes a lo largo y a lo ancho de América latina. La lucha militante (la única) es de superficie, de cara al sol, como quería morir José Martí y también como quería vivir y vivió (era porque sabía la belleza de vivir de cara al sol que así quería morir). De cara al sol significa: nada de clandestinidad, nada de armas, se triunfa cuando se transforma el número en fuerza, pero no en fuerza armada. En fuerza militante, territorial, cuando se habla con la gente, cuando hay un proyecto para ser comunicado, un proyecto que convenza al militante y le dé fuerzas para convencer a los demás. Lo esencial del proyecto sigue siendo: la unidad de América latina (el Mercosur, no el ALCA). El fortalecimiento del Estado para que defienda a los débiles ante la voracidad de los monopolios. La diseminación de lo mediático. Lo que significa –tanto aquí como en Estados Unidos y en cualquier país que luche por la democracia de la información– muchas voces que hablen, que tomen la palabra, que informen diferenciadamente si es necesario de la uniformización de la palabra de la unicidad monopólica, que informa desde una sola verdad, la propia. O sea, no informa. Difunde sus intereses. El Banco Central para los intereses argentinos. Orgullo y poder y ni un atisbo de sometimiento ante el FMI y cualquier entidad de la prepotente banca extranjera que busque utilizar al país en la timba de sus intereses. Diálogo a fondo con todos los que quieran dialogar. Unidad nacional en medio de la diversidad. Que esa diversidad no se transforme en antagonismo. O, al menos, que exprese el razonable disenso de la democracia. Basta de odios. Basta de libracos difamatorios. Basta de tapas insultantes. Respeto de las Madres y a las Abuelas de la Plaza de Mayo, que nadie más tenga la inmoralidad de siquiera sugerir que una mujer como Estela de Carlotto (que recuperó para la vida verdadera 102 nietos apropiados por el poder desaparecedor) sea tildada desde una revista hipercomercial de hacer lobby para ganarse el Premio Nobel. Esa es una mentira y una falta de respeto. ¿Rescataron ustedes 102 niños? ¿Qué hicieron ustedes además de querer vender revistas a cualquier precio, aun al precio vil de injuriar a las Abuelas de Plaza de Mayo y a Estela de Carlotto? 3.3. Cristina Fernández no queda sola. Tiene a su alrededor cuadros de gran valía. De gran inteligencia. Voy a dar algunos (sólo algunos nombres): Juan Manuel Abal Medina (h), Marcos Zanini (¡vamos, negro!, ¡respalde a la Presidenta con todo lo que usted tiene y sabe: lucidez política amasada a lo largo de años y polenta), Daniel Filmus, brillante intelectual, Aníbal Fernández, el político jauretchiano: nadie desde Jauretche usaba el humor en la política como él lo hace (y no me vengan con los chismes de letrina de lo que fue o lo que no fue: los hombres, en esta Argentina dramática, importan por lo que son y por lo que hoy están dispuestos a hacer). Y muchos más. Y todos los pibes, que cada vez son más. Y que –contrariamente a lo que les ocurría a los jóvenes desde el ’80 hasta el 2000– hoy le encuentran un sentido a su vida en la militancia, en la política.

4. Todo esto y más también tiene usted, Presidenta, para gobernar este país y llevarlo a buen puerto. No es poco. Eso, unido a su talento, a su fortaleza duplicada por la mala mano que Dios (que, de argentino, disculpen, pero: nada) otra vez nos ha dado, le otorgará a los que ya la apoyaban y a los que de aquí en más verán que apoyarla es la única salida para el país y que, por otra parte, usted lo merece, la decisión de estar a su lado, en esta hora amarga pero también en esta impecable coyuntura en que los bravos, los que no bajan los brazos, los que no se dejan vencer por las adversidades que el destino siempre trae, duplicarán sus fuerzas para tratar, al menos, de estar a la altura de las suyas.

Que puta suerte

No soy kirchnerista.
Nunca fui peronista y nunca voté al peronismo.
Y a pesar de eso, anteayer me sentí profundamente triste. Se murió un líder, el líder político más influyente desde que la bendita democracia se reinstauró en nuestro país, un tipo que tuvo las agallas y la firmeza de convicciones necesarias para hacer lo que muchos otros no quisieron, no pudieron, no supieron o no se animaron.
Aun queda mucho para hacer, mucho, pero gracias a su terquedad y a su consecuencia con una política de igualdades, se plantó, negoció y pagó al FMI desde un lugar de dignidad, nos sacó de esa locura llamada corralito, terminó su gestión con seis veces más reservas que las que había en el Banco Central cuando asumió, durante su mandato se procesó y encarceló a los genocidas que casi exterminan a una generación entera de argentinos y se desenmascaró a los apropiadores de niños que colaboraron con el régimen, la Corte Suprema de Justicia dejó de ser la impresentable cohorte menemista para convertirse a una corte jerarquizada, les plantó cara a los señores feudo rurales como ningún otro gobierno había hecho y lo hizo en defensa nuestra, tuya y mía, de nuestro país.
Con el modelo de inclusión e igualdad social por él impulsado se implementó la asignatura universal por hijo, aumentó la escolaridad, mejoraron las jubilaciones y se pudieron jubilar muchas personas que estaban fuera del sistema, se hizo realidad el casamiento de gente del mismo sexo, se democratizó el fútbol y se impulsó la ley de medios con el fin de evitar que nos pongan la “tapa del día”, diciéndonos que pensar y qué decir, o mejor dicho, como no pensar.
Resolver la inseguridad, el desempleo, la salud, la pobreza, el analfabetismo y otros que se me pierden son las cuentas pendientes, pero estamos en camino y con confianza, confianza porque ya vi, confianza porque ya sé y confianza porque no hay otros, puesto que, parafraseando a Sancho Panza, se me ocurre que aquí encaja bien el refrán de dime con quién andas, decirte he quién eres (El Quijote, capítulo XXIII, 2ª parte) y si Juan Gelman, Víctor Hugo Morales, Estela de Carlotto, Eduardo Aliverti, Pérez Esquivel, Mempo Giardinelli, Alfredo Zaiat, Federico Luppi, Gustavo Santaolalla, Tito Cossa, Teresa Parodi, Víctor Heredia, José Pablo Feinmann, Adrián Paenza, la Tana Rinaldi, León Gieco, José Mujica y otros seres bien pensantes elogian el modelo al tiempo que los nefandos Rosendo Fraga, Mariano Grondona, Ernestina Herrera de Noble, Magnetto, Duhalde, De Narvaez, Macri y más canallas de esos que condujeron al país al borde del abismo lo critican, yo ya sé de qué lado quiero estar.
Espero que todos lo sepamos.